viernes, 11 de enero de 2013

Mi primera vez con primaria

Les comparto este pequeño lapso interesante de mi "carrera profesional."

Todo comenzó el 2 de enero, cuando, por cuestiones personales y académicas, tuve viajar del Distrito Federal a mi natal Oaxaca de Juárez. Aquél día llegué a casa como a las 6 pm; desempaqué un poco y decidí conectarme a Facebook, a ver qué había de nuevo. Al abrir mi cuenta me encontré con el mensaje de una amiga. En dicho mensaje, ella me preguntaba si yo estaba interesado en cubrir a una amiga suya en una primaria dando clases de inglés la semana del 7 al 11 de enero. Debido a que durante en ese tiempo, y de nuevo ahora, me encontraba buscando trabajo, inmediatamente le dije que sí. Así, nos reunimos para ver el horario, ir a la escuela en cuestión y arreglar pequeños detalles que ahora no son muy relevantes.

La noche del domingo 6 de enero fue todo un reto para mis nervios; aunque había planeado actividades y juegos para un primer día de clases, no podía conciliar el sueño por pensar en lo que me esperaría al trabajar con gente tan pequeñita. Hasta ese momento yo no había trabajado con gente menor de 13 años; la mayoría de mis estudiantes habían sido siempre estudiantes universitarios, adultos, y uno que otro chico de bachillerato. Yo tengo la idea de que el lenguaje es una función que debe ser analizada y no sólo imitada, por ende, a mí me gusta enseñar y empujar a mis estudiantes a ir encontrando la lógica que hay detrás de la lengua. 
Esta oportunidad en la primaria era un reto personal para mí; representaba la oportunidad de expandir mi experiencia docente con gente de una edad a la que yo había rechazado por idearles poco compatibles con la manera en la que a mí me gusta trabajar.


El primer día, al presentarme frente al primer grupo, 3A, a pesar de los nervios, me fui desenvolviendo con los niños mejor de lo que pensé. Aquel primer encuentro me preparó de una manera muy gentil para ir lidiando con los otros grupos. Ese lunes fue de mucha observación y experimentación con la dinámica interna de cada grupo. Así, fui identificando áreas de problema tanto en el uso de la L2 como en conductas, actitudes y características de cada alumno, la cuales, aunque fueron muy generales, siempre son útiles.

Poco a poco, durante el resto de la semana, fui familiarizándome con los alumnos. A pesar de que mi incapacidad de retener muchos nombres me puso en situaciones incómodas en más de una ocasión con ellos, opté por incluír dinámicas en las que tuvieran que nombrarse mutuamente y ponía mucha atención cuando platicaban unos con otros. 

A la hora del receso, no dejé de sorprenderme con los chamacos; los vi correr, jugar, socializar, platicar y comer con la sorpresa que debe sentir un zoólogo al momento de observar a un precioso objeto/sujeto de estudio desenvolverse en su medio natural. Aunque ellos tienen touch screen cell phones, mini ipads, Internet y cuentas de Facebook a sus 9 ó 10 años, encontré su inocencia, su mentalidad, sus juegos y sus formas de socializar tan similares a los de mi generación a su edad que no pude más que abstraerme durante varios minutos en una atenta y minuciosa observación del patio de recreo. 

Igualmente, durante mis apreciaciones al "patio de juegos", escuchaba las charlas de mis "colegas" docentes. De esta manera los escuché ccompartir impresiones sobre la conducta de los alumnos; hablar de la flexibilidad o la rigidez de los padres de familia; asimismo, de pronto había uno que otro comentario gracioso o que no me hubiera esperado en un contexto como una escuela primaria. Respecto este último punto, me tocó escuchar una anécdota en la que un profe rechazó, en otra escuela, a una profa que se la había insinuado sexualmente, por lo que la rechazada, muy dignamente, se despidió diciendo -Pues tú te lo pierdes; yo me lo guardo y otro se lo chinga-. Sex, it's just everywhere, hun. 

En la semana me tocó escuchar muchas cosas que me dijeron los alumnos; algunas muy fuera de lugar, otras graciosas y, muy pocas veces, vulgares u ofensivas. Incluir todo lo que me fue dicho es una tarea bien difícil en este momento para mi cansada mente, sin embargo, aquí están algunas de las cosas que recuperé de mi cuenta de Facebook sobre lo que los alumnos me dijeron:
-Oiga, profe, ¿a poco se pueden hacer cuentas en inglés?
-Oiga, profe, ¿usted ya está casado?- 
-Oiga, profe, ¿tiene novia? ¿Cómo se llama? ¿Está bonita? 
-Oiga, profe, ¿a poco usted sí puede hablar español así como nosotros? ¿Que no que usted era gringo?  (Inserte face palm aquí)
-Oiga, profe, ¿qué quiere decir Halo / Angry Birds / Call of Duty / Resident Evil / Monster High (school)/ Gangnam style?
-Oiga, profe, ¿Sabe qué són las Beliebers? Yo soy una Belieber. 
-Ay, profe, debió habernos gritado; a mí me gusta cuando nos gritan.

Cuando tuve que ir despidiéndome de los grupos, me sorprendió mucho ver lo rápido que se habían acostumbrado los pequeños a mi presencia. Incluso, mi azoro se incrementó cuando me externaban su deseo de que me quedara en lugar de su maestra regular. Algunos me decían cosas como -profe, no se vaya, usted sí me cae bien, la otra profa es bien regañona-, -profe, es que con usted sí aprendemos-, o -profe, ¿por qué no se queda usted hasta que termine el año?-. La verdad, me hacían sonrojar y reir mucho con sus comentarios.  

Finalmente, algunos alumnos me dieron muestras de gratitud, ya con tarjetitas, con cartas o con palabras que intercambiábamos a la hora de la salida, mientras esperábamos a que sus papás fueran por ellos. Igualmente, muchos colegas me agradecieron el buen trabajo  realizado del que se habían enterado por los mismísimos alumnos. 

Fue difícil despedirme, no creí que me encariñaría con ellos así; sin embargo, es una experiencia que valoro mucho tanto por el aprendizaje que tuve al trabajar con niños desde 8 a 11 años, así como por los momentos gratos y los difíciles que esos chamacos me hicieron pasar. Ahora, mi mente y mis acciones están enfocadas en la meta que me propuse en febrero del año pasado (si tiene duda de lo que es, pregunte), por lo que el pedir trabajo en dicha escuela no es una opción para mí. De igual manera, otros planes, y situaciones no me permiten quedarme por mucho en Oaxaca; sin embrgo, si no tuviera dichas cuestiones en mi horizonte, sí pensaría muy seriamente en buscar mi lugar en aquella institución. 

¿Qué les parece?  A mí me gustó mucho.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario