martes, 24 de febrero de 2015

Quisiera/Querría

¿Cómo dices?

A) Quisiera ir a Oaxaca.

B) Querría ir a Oaxaca. 

Y si cambias el verbo "querer" por el verbo "gustar", ¿qué resultados obtendrías al conjugar ese verbo con los mismos tiempos (imperfecto de subjuntivo para la opción A y condicional para la opción B)? 

A) Me gustara ir a Oaxaca.

B) Me gustaría ir a Oaxaca. 

Entonces, ¿por qué usamos el imperfecto de subjuntivo "en lugar" del condicional con el verbo "querer"?  Es algo muy común y que me gustaría investigar (Ya Cervantes lo hace en el Quijote :P ). 

Correos antes del examen

Este es un correo electrónico que le envié a uno de mis estudiantes y me pareció bueno dejarlo por aquí, por si a alguien le puede servir.


For using the subjunctive mood you need, in first place, a sentence with two clauses. A clause is an syntactical sequence (syntagm) that has a subject and a conjugated verb, for example: 


(Yo) Pienso (I think). As you notice, Spanish doesn't really need subject pronouns (though, there are cases when it does use them), because we can tell who the performer is thanks to the verb ending. 


The subjunctive mood is used when you are going to express what you doubt, feel uncertain about, a hypothetical situation or a wish in the second clause (the clause that comes after the connector "que"). The hint to know whether to use indicative or subjunctive is the information expressed by the verb of the first clause. For example, in the clause: 

Yo sé (I know), your verb (saber) expresses certainty, right? 

Yo sé que tú eres inteligente. 

I know (that) you are intelligent. This (compound) sentence has two clauses, "Yo sé" (I know), which expresses certainty, and  "tú eres inteligente" the FACT (that) I know (you're intelligent). 

I am certain of the FACT that you are intelligent: "Yo sé que tú eres Valerie". Due to the certainty expressed by the verb "saber" in the first clause (yo sé), you must use INDICATIVE mood in the second clause (tú ERES inteligente). 

On the other hand, when the verb in your first clause expresses any doubt, uncertainty, a desire or a wish, you NEED SUBJUNCTIVE mood for the verb in the second clause. 

Espero que seas inteligente. 

Espero = I hope. This clause, the first clause, expresses a wish; thus, the second clause "(Tú) seas inteligente" has to use the subjunctive mood.

More examples and what I said about the verb "creer": 

"Creer" can be translated to English as "to believe"; however, in Spanish, its meaning is different. If you use it in an affirmative clause, the meaning equals "I'm (very/pretty) sure"

Yo creo que hoy es miércoles. I'm (very/pretty) sure it is Wednesday.

Nosotros creemos que hace frío. We are (ver/pretty) sure it is cold.

Ellos creen que tú eres Valerie. They are (very/pretty) sure you are Valerie. 

In contrast, when you use "creer" in a negative clause, the meaning equals "I'm not sure at all". Therefore, when you use "no creer" in the first clause, you ALWAYS need Subjunctive for the verb in the second clause. 

No creo que HAGA calor. I'm not sure it is hot at all. 

No creen que seas pesimista. They are not sure at all that you are pessimistic.     
No crees que yo vaya a México. You're not sure at all that I go to Mexico. 

If you say that you do not believe or don't think (No creo, no pienso),that, the first clause (No creo, no pienso), is the fact. Whatever it is that you don't believe or don't think is the "unreal, uncertain" thing; therefore, you must use SUBJUNCTIVE for the verb in the second clause ( the clause that comes after "que"). Compare: 

CREO que el examen ES difícil. 

CREO (first clause) que (conector) el examen ES fácil (second clause). 

If you look back at what I previously told you about creer, you'll see that, since I'm using it in an affirmative  clause, It means "I'm pretty sure"; thus, the second clause (el examen ES difícil) uses indicative mood. 

NO CREO que el examen SEA difícil. 

NO CREO (first clause) que (connector) el examen SEA difícil (second clause in SUBJUNCTIVE mood). 

NO PIENSO que tú ESTÉS confundida. 

NO PIENSO (first clause) que (connector) tú ESTÉS confundida (second clause in SUBJUNCTIVE mood). 

I hope this can help you. Buena suerte.

lunes, 15 de julio de 2013

Escribe Nietzsche sobre: Todo lo que se llama amor

Antes de que empieces a leer, te sugiero leer esta entrada escuchando esta tonadita mamona de Crystal Castles:



Avidez y amor: ¡qué diferentes sentimientos evocan estas dos palabras! Y, a pesar de ello, bien pudiera ser el mismo instinto designado desde dos puntos de vista; por un lado, como sentimiento vilipendiado desde el punto de vista de los que ya se han librado de él, en los que el instinto se ha tranquilizado en alguna medida, y que ahora temen por su «posesión»; y, por otro lado, desde el punto de vista de los insatisfechos aunque aún sedientos, y que por eso glorifican el instinto como «bueno». 

Nuestro amor al prójimo, ¿no es un impulso hacia una nueva propiedad? ¿Y es otra cosa igualmente nuestro amor por el saber, por la verdad y, en general, todo ese impulso convulsivo de novedades? Progresivamente nos cansamos de lo viejo, de lo que ya seguramente se ha poseído, y extendemos de nuevo nuestras manos: incluso el más bello paisaje en el que vivimos tres meses no puede ya confiar en nuestro amor, pues cualquier costa más lejana excita nuestra avidez: la mayoría de las veces la posesión se empequeñece cuando ya se posee. Nuestro placer en nosotros mismos quiere mantenerse en pie de un modo tal, que continuamente transforma en lo que somos nosotros mismos algo nuevo, a esto se le llama, precisamente, poseer. ¿Qué singifica cansarse de una posesión? Cansarse de uno mismo. 

[...]

Ahora bien, el amor sexual se delata más claramente como impulso compulsivo de propiedades: el amante no quiere otra cosa que la posesión exclusiva e incondicional de la persona anhelada por él; asimismo, quiere un poder incondicional tanto sobre su alma como sobre su cuerpo; quiere ser amado exclusivamente, vivir y dominar sobre la otra alma como si fuera lo más alto digno de ser deseado [...]

Compruébese cómo para el propio amante el resto del mundo le resulta indiferente, pálido, carente de valor y cómo está dispuesto a soportar cualquier sacrificio, a destruir todo orden y a subordinar todo posible interés. Si se comprueba todo esto, sorprende cómo, de hecho, esta salvaje avidez e injusticia del amor sexual ha podido ser ennoblecida y divinizada como lo ha sido en todos los tiempos; incluso sorprende que de este amor haya surgido el concepto de amor como lo opuesto al egoísmo, cuando precisamente es quizás la expresión más ingenua de egoísmo.

[...]

Sin duda en este mundo existe de vez en cuando una especie de continuación del amor, en la que aquel ávido anhelo mutuo de dos personas sí ha abierto el camino a un nuevo deseo y avidez, a una sed común superior por un ideal que se encuentra por encima de ellos: ¿quién conoce este amor? ¿Quién ha hecho esta experiencia? Su verdadero nombre es amistad

Hasta aquí lo que escribió Friedrich. Sólo puedo agragar que yo  lo habría titulado "sobre lo que se llega a entender por amor". 

viernes, 21 de junio de 2013

Me-te-le-nos-les-lo-la-los-las ¿qué? Objetos directo, indirecto y sus pronombres.

Esta semana fue todo un challenge en cuanto a mis clases de español, ¿el motivo? Pronombres de objeto directo e indirecto.

Para comenzar, vamos a hablar de una nociones básicas para entender eso de los objetos directo e indirecto. Para no hacerosla muy larga, podemos dividir los verbos en dor grupos: verbos intransitivos y verbos transitivos. Los verbos intransitivos son aquellos cuyos efectos no "caen" en nadie o en nada. Por ejemplo: caminar, camino y ya; nadie se ve afectado por mi acción. Por otro lado, tenemos los verbos transitivos, éstos, como su nombre lo indica, "transmiten" el efecto de su acción a un objeto o a una persona; por ejemplo, el verbo que siempre uso de ejemplo: comer; 

Como una manzana. 

En esta oración, la acción de mi verbo, comer, está cayendo sobre el sustantivo "manzana".  Hasta aquí, ¿vamos bien?

Muy bien, lo que aquí nos importa son los verbos transitivos, los que sí pueden "tener objetos". Los verbos transitivos pueden tener dos clases de objetos: objetos directos y objetos indirectos. Los primeros (O.D.) son sustantivos sobre los que la acción del verbo cae sin interrupción de ninguna preposición, o dicho en otras palabras, son sustantivos que siguen al verbo directamente; por ejemplo: 

Veo una ventana.
Masticas un chicle.

Donde ventana y chicle son los objetos directos de los verbos ver y masticar. Por otro lado, cuando mi sustantivo requiere una preposición entre él y el verbo, mi objeto ya no es directo; ahora tengo un objeto indirecto (O.I.). Por ejemplo: 

Conocí a una persona muy amable. 

En este ejemplo, mi sustantivo, persona, requiere la preposición a entre él y el verbo.

¿Comienzas a intuir la naturaleza de los objetos directos e indirectos? ¿Qué pasa siempre que el objeto del verbo es una persona, o un sustantivo personificado (que se le da la categoría de persona aunque en naturaleza no lo sea)?
¡Así es! En español, siempre que hablamos de un "objeto-persona", anteponemos la preposición a, siempre. Si no me crees, haz tus oraciones.

El perro le ladró al gato. 
Antonio vio a Luis mientras observaba la bandera

Por un lado tenemos que los objetos directos no requieren ninguna preposición entre el verbo y su objeto (bandera); por el otro, cuando hay una preposición (a), nuestro objeto se vuelve indirecto (al gato, a Luis). Ahora, si mi objeto es una persona, entonces, tengo frente a mí un objeto indirecto. Fácil, ¿verdad? Y se pone más fácil aún, si las personas son objetos indirectos, ¿qué son las cosas, los objetos? Mi querido lector, las cosas no-perosnas son siempre, siempre, objetos directos.

Le hablé a Toño en la tarde; quiero que traiga su libro ése de gramática. 

Una maravilla del español es que cuando queremos dejar de repetir un sustantivo que ya fue previamente mencionado, usamos pronombres. Así, para sustituir los objetos directos tenemos los pronombres de objeto directo y para los indirectos también tenemos sus correspondientes.

Aquí, voy a hacer un paréntesis y voy a exponer una queja. Muchos libros de grmática para estudiantes de español les presentan, por un lado, que los prnombres de objeto directo son: me, te, lo, la, nos, los y las. Por el otro lado, les dicen que los pronombres de objeto indirecto son: me, te, le, nos y les. ERROR.

Esa presentación sólo causa confusión. Retomemos que los objetos directos son cosas, objetos, sustantivos que sólo pueden tener un género (masculino o femenino) y un número (singular o plural) dado. Por eso, y después de experiencias exitosas, afirmo que los pronombres de objeto directo (O.D) son: lo, la, los y las. Así de fácil, sólo 4.  

Por otro lado, tenemos que los pronombres de objeto indirecto, esto es, los pronombre para sustituir "objetos-personas" son 5: me, te, le, nos y les. 

Observa el siguiente ejemplo: 

Le pedí a Carol sus tijeras.

Encontrarás que el pronombre de objeto indirecto "le" aparece al principio. Así es; en español, siempre que haya un objeto indirecto, vamos a iniciar la oración con el pronombre que le corresponde. Piénsalo, ¿cómo dirías?: 

a) Hablé a mis primos 
b) Le hablé a mis primos 
c) Les hablé a mis primos

La opción a) suena extraña, ¿verdad?
Si te fuiste por la opción b), déjame decirte que has errado, ya que el pronombre "le" les corresponde a los objetos indirectos: "a él", "a ella" y "a usted". No te preocupes, ése es un error bastante común entre hablantes nativos del español. 

Así, tenemos que la opción correcta es c), ya que el pronombre "les" les corresponde a los objetos indirectos "a ellos", "a ellas" y "a ustedes". Para saber si vas a usa "le" o "les", fíjate en cuál es tu objeto directo y ya ;)

Volvamos al ejemplo de arriba: 

Le pedí a Carol sus tijeras.

El objeto indirecto es "a Carol", esto es "a ella", por eso uso el pronombre de objeto indirecto "le" al principio de la oración. Ahora, el objeto directo, tijeras, es un sustantativo, una cosa, un objeto no-persona.

¿Cómo queda mi oración si sustituyo el objeto indirecto? 

Le pedí sus tijeras. 

Perfecto, me deshice de "a Carol".  Ahora, vamos a hacerlo más complicado, ¿cómo queda mi oración si quiero sustituir tanto el O.D. como el O.I.? 

Te darás cuentas de que en lugar de decir

*Le las pedí. 

En español usamos el pronombre "se" en lugar de le, y les, cuando vamos a sustituir, en la misma oración, el O.D. y el O.I. Así tenemos:
Se las pedí.

AH, Quelle sorte de sorcellerie est-cette? 

Así es, nuestro idioma es complicado as fuck. No quiero continuar con esta explicación, ya que se haría una entrada demasiado larga y tediosa. Así que te dejo aquí esta prueba de lo que tuve que enseñar y practicar con mis estudiantes esta semana. Créeme, no es para nada fácil. Es al analizar todas estas cuestiones cuando me da gusto el tener esta lengua como mi lengua materna. Es un reto enorme aprenderlo. Eso también me hace sentir mucho respeto por mis alumnos extranjeros. Hay que ser muy cabrón para entrarle a aprender este idioma.

Bueno, esto una probadita de mi trabajo. ¿Qué te parece? 
Yo, como hablante nativo de español, he encontrado en enseñarlo una manera muy gratificante de aprender más sobre el mismo. Además de que me doy color de tanto error que cometemos al hablar y al escribir. Tal vez haga otra entrada con los errores más comunes que he detectado con el uso de los pronombre de O.I. y de O.D.  Tal vez.    

domingo, 16 de junio de 2013

Debraye en la ducha o de la autoafirmación

Este debraye surgió a raíz de la siguiente confrontación seudodialéctica en mi cabeza:
-Oye, pero esas ideas están mal, son errores, son bastante heréticas (remitámonos a las segunda, tercera y cuarta definiciones de la palabra "hereje" que ofrece RAE); lo único que vas a lograr con ellas es quedarte solo.-

-Lo sé, y bien lo has dicho, ésas son mis ideas, soy yo quien va a vivir by them, seré yo el que hierre, seré yo que el se parta la madre y quien "arderá en la hoguera"; además créeme, he aprendido a estar bastante cómodo conmigo mismo-

Mientras me daba una ducha, me puse a pensar en el hecho de que tal diálogo fue, en realidad, una forma de autoafirmación de mí mismo y de mis "convicciones". Así fue cómo empecé a deducir que si dentro de nuestra cabeza-conciencia existe este mecanismo, esta vocecilla, que nos confronta, que se lanza con las antítesis de lo que se piensa o de lo que se desea, aquel sentimiento que tanto paraliza al común a actuar, ¿no será acaso que ésta no es sino un mecanismo de autoafirmación? 

¿Qué pasaría (y pasa) si en lugar de sucumbir al no eres tal, al no puedes tal de dicha vocecilla, el hombre se autoafirma en la tésis que se ha propuesto? Por ejemplo, supongamos que quiero emprender un negocio cualquiera. Tan pronto como la idea llega a mi cabeza, así de velozmente, también comienzan a llegar las dudas respecto al éxito del proyecto. A mi parecer, estas dudas, esta voz, son precisamente un mecanismo de autoafirmación de que sí puedo llevar a cabo y al éxito este proyecto a pesar de lo que se quiera oponer a ello. Así, el hombre ha encontrado una corriente contra la cual ir, en caso de que exógenamente no la haya (lo cual es bastante poco probable), la cual le ha de servir de impulso para llegar a realizar su propósito. 


Lo que a primera vista parece ser un mecanismo propio de autosabotaje, al parecer, es una de las herramientas más preciadas de las que se puede servir el ser humano: una manera de autoafirmación que no requiere elementos externos, una manera de llegar a realizar cualquier proyecto a pesar de los factores que se puedan atravesar en el camino. Supongo que dicha herramienta, bien utilizada, puede llegar a ser una de las cosas más valiosas dentro de la cabezota humana.  


Ahora, me permitiré exponer una hipótesis psicológica en relación a la autoafirmación humana que empecé a "rumiar" después de redactar lo anterior. 

Supóngase que todo actuar humano consciente obedece, más allá de cualquier otro aparente motivo, a la razón de ser una afirmación de la propia existencia. Teniendo esto en cuenta nos podemos acercar a la posible fuente del "malestar" de la existencia. 

Imaginemos que tenemos dos situaciones; por un lado, un ser que ha cobrado consciencia de su propia existencia en el universo y, por otro, el hecho de que el autoafirmarse le produce placer, ya que al hacerlo, la realidad que le confirma que la percepción de su existencia no es un error, que, efectivamente, es un ser que existe, es un ser que "es". 

Con el tiempo este placer se convierte en una imperante necesidad, la imperante necesidad humana. Una vez satisfecha dicha necesidad, ésta se extiende a todo aquello que nuestro ser humano cree que es y quiere confirmar. Así, tenemos un ser que no se contenta ya sólo con mostrarse a sí mismo que "es", sino que ahora, la necesidad es demostrarse, y de paso al mundo, qué es lo que es. Es este constante proceso de autoafirmación, que ocurre dentro de la cabezota humana, lo que en la realidad se expresa como el comportamiento de cada ser. De esta manera, tenemos diferentes "gustos", "caracteres", maneras de ser y de hacer. 

Hasta aquí, tenemos un ser que se hace "feliz" a sí mismo al autoafirmarse en la realidad, pero, ¿qué pasará cuando, por alguna razón, la imagen de sí mismo que quiere afirmar no es la que proyecta, o según él (porque hasta la propia percepción de lo que se cree que se afirma puede llegar a ser errónea en algunos casos), no lo es? Lo que pasa es que nace un pequeño malestar que le avisa a nuestro humano que algo no está bien, aquí me refiero a ese sentimiento de "falta de plenitud". Dicho malestar, nacido de la discrepancia entre lo que nuestro humano quisiera que su actuar proyectara y lo que éste proyecta, o lo que el humanito cree que proyecta, de no ser atendido, ya sea por imposibilidad de nuestra personita o porque ésta no se da cuenta, seguirá creciendo y será cada vez más pesado y más molesto. 

He aquí lo que a mi parecer, y después de "rumiar" el asunto en mi cabezota, es el origen del malestar de la existencia: un mero asunto de hacer, o no hacer, lo que, según cada persona, ha de afirmarle su propio SER a sí mismo, en primer lugar, y, después, ante la realidad misma. De ahí la importancia de prestar atención al hacer diario. 

Aquí dejo 4 preguntas que, opino, pueden ayudar en una tarea de autoexaminación: ¿Qué (creo que) soy? ¿Qué hago con el fin de autofirmarme que lo soy (con respecto a la respuesta de la primera cuestión)? ¿Estoy realmente proyectando lo que quiero proyectar? ¿Me gusta lo que (creo que) estoy proyectando?

Creo que la necesidad de obtener respuestas a estas preguntas se vuelve "necesaria", o al menos útil, en aquellos momentos de molestia con la vida propia cuando, aparentemente, no hay motivos para sentrise así. Además, creo que éstas son un buen combustible si se quiere comenzar un proceso de autovalorización.   


La conclusión a la que mi debraye me llevó podrá parecer una conclusión muy sintética, y en verdad lo es, pero a mí me ha parecido un muy buen ejercicio mental. Hombre, que me he "divertio" como crío al pensar y al redactar todo esto. 

¿Qué opinas tú? 

martes, 11 de junio de 2013

The "the" article o "Más que una cuestión de manzanas rojas"

El artículo definido en inglés (the) puede presentar ciertos problemas para muchos hablantes nativos de lenguas romances como el español o el francés, lenguas que usan determinantes antes de los sustantivos.

Hoy, me gustaría darte un tip que te podría servir para poder usar el artículo definido en inglés. Es muy fácil, en inglés se usa el artículo para hablar de cosas específicas. Por ejemplo, ¿cuántos soles tiene nuestro sistema solar? Exacto, sólo hay uno, entonces, como sólo hay uno, para hablar de nuestro sol, usamos el artículo definido:

The sun is shining rather brightly this morning.

Así, siempre que hables de sustantivos "únicos" como la luna o el sol, usa el artículo definido.

Ahora, ¿cuándo no usar el artículo?

Siempre que hagas una generalización, no uses el artículo. En español, como ya mencioné arriba, necesitamos usar algún determinante antes de un sustantivo, ya sea un artículo definido o uno indefinido; así, tenemos generalizaciones en español como éstas:

Me gustan mucho las manzanas rojas; las verdes se me hacen ácidas.

En inglés, para expresar las mismas ideas, que son generalizaciones, escribiríamos:

I love red apples; I find green apples sour.

La cosa sería muy diferente si yo tuviera en casa algunas manzanas rojas sobre la mesa y otras en mi refrigerador, ahí, debido a que tengo más de una opción de "manzanas rojas", tendré que usar el artículo definido y la frase adverbial (de lugar) correspondiente para especificar de qué manzanas rojas estoy hablando, por ejemplo:

I love the red apples (that) I keep in the fridge. *(I write "the fridge" because I only have one fridge; I'm being specific) 

¿Qué tal? ¿Te parece menos confuso el uso del artículo definido "the" en inglés? ¿Tienes dudas, comentarios, opiniones? Déjame un comentario; yo sí los leo y contesto. ;)


lunes, 10 de junio de 2013

¿Haz, has?

Segunda entrada gramatical de la noche. De regreso a casa me dieron muchas ganas de escribir, así que, sin más por agregar, vamos al motivo de este debraye.

¿Cuándo usar haz y cuándo has? Muy fácil:

Haz, con "z" es la forma imperativa para la segunda persona singular (tú) del verbo hacer. ¿Cómo lo puedes recordar?  Más fácil aún, recuerda que en español la z y la c están relacionadas: en español podemos encontrar las sílabas za, zo y zu, mas necesitamos sustituir la "z" por una "c" para formar las sílabas "ce" y "ci". Es por eso que la forma plural de un lápiz es lápices. Por eso, también, la gente de España que hace el sonido /θ/, como el th inglés en think, va a "θeθear" las palabras zapato, Cecilia, zorra y azul. También puedes acordarte con el ejemplo: Pinche chamaco, ya haz tu tarea.  

Has, con "s", por otro lado, es la forma en presente indicativo del verbo "haber" para la segunda persona singular (tú). Usamos esta forma como verbo auxiliar para formar el antepresente de indicativo, por ejemplo: ¿Has checado las entradas anteriores?
Igualmente, usamos esta forma para hacer oraciones como: has de ser muy bueno para estas cosas gramaticales; has de tener muchas ideas en esa cabecita loca tuya; has de ser bien ñoño; etc. 

¿Cómo la ves? Divertido, ¿no?